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El ataque israelí contra Irán, la enésima proeza del Mosad en terreno enemigo
El ataque israelí contra Irán, la enésima proeza del Mosad en terreno enemigo / Foto: Atta Kenare - AFP

El ataque israelí contra Irán, la enésima proeza del Mosad en terreno enemigo

Más allá de la operación militar en sí, el ataque de Israel a Irán se apoyó en un meticuloso trabajo del Mosad, su servicio de inteligencia exterior que, desde hace años, es capaz de infiltrar el poder de la República Islámica.

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La historia dirá si la operación "León ascendente" logrará privar a Irán de su capacidad de dotarse del arma nuclear. Pero la ofensiva quedará grabada en la lista de campañas espectaculares de espías israelíes en tierra extranjera.

"Esto muestra la superioridad operativa y en términos de inteligencia de Israel sobre Irán", dijo a la AFP Danny Citrinowicz, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv.

En julio del año pasado, Irán se vio humillado con el asesinato, en Teherán, de Ismail Haniyeh, jefe político del movimiento islamista palestino Hamás. Desde entonces, Irán "no ha sido capaz de cubrir las lagunas de su sistema", consideró Citrinowicz.

- "Cientos de agentes" -

La ofensiva, contada con detalle por medios israelíes y estadounidense, aunó el uso de drones, introducidos en Irán con anterioridad, y la intervención de misiles y aviones de combate.

El periodista israelí especializado Barak Ravid apuntó que "cientos de agentes del Mosad, tanto dentro de Irán como en la sede, estuvieron implicados, incluyendo una unidad especial de operadores iraníes que trabajan para el Mosad".

En el centro de Irán, comandos "habían posicionado sistemas de armas guiadas al aire libre cerca de lanzadores de misiles tierra-aire iraníes", explicó.

El servicio también "desplegó en secreto sistemas de armas y tecnología sofisticada escondida en vehículos".

Un despliegue que destruyó la defensa aérea iraní, abriendo la vía a aviones de combate y misiles israelíes, además de baterías de misiles que Teherán hubiera podido utilizar contra Israel a modo de respuesta.

- Altos mandos -

Según los medios israelíes, la preparación de la operación duró entre ocho meses y dos años. Pero se apoyó en una infiltración israelí en los entresijos del poder iraní, en pie desde hacía tiempo.

"Hace más de 15 años que Israel sigue el programa nuclear [iraní]", destacó Michael Horowitz, especialista estadounidense en geopolítica. Los bombardeos constituyen "el resultado de años de recogida de datos de inteligencia y de penetración en la República Islámica".

La lista de víctimas iraníes de primer orden incluye el jefe del Estado Mayor, el jefe de los Guardianes de la Revolución y su servicio aeroespacial en su conjunto, y nueve científicos del sector nuclear. Entre otros.

"Es bastante quirúrgico", comentó una fuente europea de seguridad, si bien la operación dejó víctimas colaterales. "Hay un impresionante grado de precisión y de control", dijo.

- Obsesión iraní -

En septiembre, el Mosad sorprendió al atacar al movimiento libanés Hezbolá con bíperes cargados de explosivos. Según las autoridades libanesas, el ataque dejó 39 muertos y miles de heridos.

Pero la lista de asesinatos de enemigos de Israel ya había forjado desde hacía años la reputación del Mosad.

Después de la operación de los bíperes, Alain Chouet, exnúmero 3 de los servicios de inteligencia exterior franceses, la DGSE, estaba "convencido de que [el Mosad tenía] preparada media docena de estructuras capaces de actuar en cualquier momento" en Irán.

El sábado lo confirmó, al comprobar que el Mosad podía "movilizar a muchos agentes en pocos temas, mientras que los servicios occidentales supuestamente tienen que tener una cobertura planetaria".

Frente a eso, "el contraespionaje iraní es un servicio de seguridad concentrado sobre todo en las amenazas internas".

Resultado: una infiltración de consecuencias desastrosas.

- El papel de Washington -

El rol de la administración estadounidense, inquebrantable aliado de Israel, sigue sin estar claro. Pero, aún siendo involuntario, es real.

Hace poco, se dijo que las relaciones entre el presidente Donald Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, habían empeorado.

En los últimos tiempos, Trump le hizo algunos desaires a Netanyahu, como cuando firmó un acuerdo con los rebeldes hutíes de Yemen, entabló conversaciones directas con Hamás, viajó al Golfo sin pasar por Tel Aviv o decidió levantar las sanciones contra Siria.

La víspera de los bombardeos, Trump pidió a su aliado que no atacara a Irán, al considerar que un acuerdo sobre el programa nuclear iraní estaba "cerca".

La sorpresa fue total en Teherán como en Washington, salvo para la cúpula del gobierno estadounidense, según los analistas.

Con todo, queda otra lección: la guerra moderna prima la inteligencia y las operaciones clandestinas.

Para paralizar al adversario "hay que combinar el poder aéreo con las operaciones especiales para generar efectos simultáneos en la profundidad del campo de batalla", analiza Benjamin Jensen, del laboratorio de ideas CSIS de Washington.

A.Nunez--BT